Nos ha dado pena dejar Utah, con tantos parques nacionales por ver, pero Colorado tampoco se queda atrás. Nada más pasar la frontera, y adentrarnos en la carretera de montaña, los paisajes eran difíciles de superar, con el río Colorado a nuestra par. Nos desviamos unos km por la secundaria que lleva a Aspen, con sólo ver el vacío de los árboles que en invierno serán unas pistas increíbles de ski, se nos ponían los dientes largos. Si lo pillamos con nuestra tablita de snow... jajajaja!!
Tras más de 5h de viaje, llegamos a Denver. Una ciudad muy curiosa. Tiene mucha vida cultural en la calle, en cualquier momento hay gente tocando los pianos que están por el paseo central, gente cantando, tocando la guitarra, el saxofón, jugando al ajedrez, leyendo... vamos, que hay muy buen ambiente. La gente que nos hemos topado, nos preguntaba extrañados qué hacemos por aquí. La verdad es que no parece un sitio muy turístico, y eso es lo mejor.
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