A la hora de planificar todo el viaje me basé en las sugerencias de la Lonely Planet. Y esta ciudad de Colorado, Boulder, me llamó la atención desde el principio especialmente por el tubing, el descenso en ruedas hinchables por el río que atraviesa la ciudad. Estando tan sólo a media hora de Denver, nos hemos pasado, y nos ha sorprendido mucho. Realmente merece la pena el descenso del río. Muy salvaje y un poco peligroso ya que no había ningún tipo de control, pero le da mil vueltas a cualquier parque de atracciones o acquapark.
Además entre las 16:00-19:00 es la happy hour de los restaurantes y puedes comer lo mismo pero a mitad de precio. Nos hemos puesto las botas en un italiano que estaba todo buenisimo! Es una ciudad muy pequeña y se nota que gran parte de los habitantes son universitarios. El campus es inmenso y con unos edificios arquitectónicamente muy bonitos. Vamos, que una "ciudad" casi pueblo en plena naturaleza que merece la pena visitar.
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