Hoy por la mañana nos hemos pateado bien a fondo Chinatown, incluso he convencido a Ander para comer sushi, todo un logro jeje. Después hemos cogido uno de esos famosos tranvías cuesta abajo y cuesta arriba, y si que impresiona si jeje, para ir a la torre desde donde se ve toda la ciudad.
Tras dar una vuelta por el barrio, hemos puesto nuestra ultima lavadora y hemos ido a cenar un bocadillo al garito con más fila de todo Mission. Después de más de una hora de espera, nos hemos enterado que era su último día. Con lo que aparte del bocadillo que estaba tremendo, te regalaban una bebida y una bolsa de patatas, ha merecido la pena la espera!
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